METODOLOGÍA
TERAPIA SISTÉMICA BREVE
La Terapia Sistémica Breve es la base de la metodología de trabajo de Golpe de Efecto.
Se trata de un conjunto de procedimientos y técnicas de intervención que se caracterizan por:
– Ayudar a individuos, parejas, familias o grupos a identificar y movilizar sus propios recursos.
– Solucionar problemas concretos de forma rápida, eficiente y lo menos dolorosa posible.
– Se centra en analizar aquellos aspectos del presente que constituyen un problema para el paciente.
Problemas que puede resolver la Terapia Sistémica Breve
Problemas familiares o de pareja
Resolución de problemas
Problemas de conducta
Adicciones
Mejora de la comprensión
Los ejes de la Terapia Sistémica Breve
En primer lugar, terapeuta y consultante definen conjuntamente el objeto de la consulta; es decir, el problema al que enfrentarse. A diferencia de otras metodologías, la Terapia Sistémica Breve se centra en el presente; no trata al individuo y su problema de forma aislada sino dentro de su contexto actual y de relaciones.
La terapeuta debe conocer al consultante con cierta profundidad. En este sentido, es importante que conozca quien es el individuo, su contexto social, familiar, económico, laboral, etc…
Se creará un fuerte vínculo terapéutico para conseguir que las conversaciones sean emocionalmente seguras y terapéuticas. De esta manera, el consultante se sentirá confiado y reconfortado en cada una de las sesiones.
Se creará un fuerte vínculo terapéutico para conseguir que las conversaciones sean emocionalmente seguras y terapéuticas. De esta manera, el consultante se sentirá confiado y reconfortado en cada una de las sesiones.
Es esencial definir correctamente el objetivo terapéutico. Éste se establece mediante la escucha activa y profunda por parte de la terapeuta, para
llegar a un acuerdo explícito con el consultante del tema a tratar y la definición pormenorizada de qué se quiere conseguir en las sesiones.
Se crean estrategias conjuntas orientadas a crear, descubrir o entrenar habilidades que les permitan enfrentarse a las situaciones que generan bloqueos, traumas o problemas en la vida.
El papel del individuo es activo y su implicación es imprescindible. La terapeuta puede sugerir tareas y propuestas para que se lleven a cabo entre sesión y sesión. En ellas, se analiza de forma conjunta la efectividad de las medidas cognitivas, conductuales y emocionales tratadas en sesiones anteriores. Así, se garantiza un avance sólido en el que el consultante se sienta reconfortado.
El proceso es sometido a una evaluación permanente para garantizar que los pasos que están dando redundan en una mejora del bienestar del consultante. Para ello, se irá pidiento feedback constante para reformular el proceso y/o los objetivos, en caso de ser necesario.